enseñanza de la arquitectura según los cánones de la escuela BAUHAUS, surgida en Alemania hacia 1920-21,   y que propugnaba una arquitectura universal para un hombre universal.

Varios de los arquitectos que firmaron el pronunciamiento de la Agrupa­ción Espacio, algunos de ellos estudiantes en ese entonces, estuvieron presentes en la Bienal. Entre ellos, los arquitectos Carlos Williams y Adolfo Córdova, quienes obtuvieron el primer premio en el Tema Vivien­da Multifamiliar, premio que compartieron con los arquitectos María Marzal y Oswaldo Núñez.  Su arquitectura, como se puede observar en el proyecto del Conjunto Residencial San Borja, mantiene el trazo   que sustentó y defendió el movimiento generado por la Agrupación Espacio, además trasluce una valoración a la función sobre otras variables.

El grueso de proyectos que se presentaron a la Bienal se encontraron den­tro de esta tendencia pues sus autores fueron alumnos en su mayoría, de estos arquitectos que iniciaron el movimiento moderno en la arquitectura peruana. La Agrupación Espacio aglutinó también a intelectuales y ar­tistas como Sebastián Salazar Bondy, Fernando de Szyslo, Jorge Eduardo Eilson, entre otros, quienes firmaron como adherentes el manifiesto de los arquitectos.  La parte moderna de nuestras más importantes ciudades, incluida Lima, llevan el sello y por qué no decirlo, el trazo de esta generación de arquitectos e intelectuales, que tuvieron como misión sentar  las bases para comenzar a crear arquitectura moderna en el Perú.

IV. LOS JOVENES ARQUITECTOS POST-MODERNOS

Cuando se constata en el plano de la arquitectura que el FUNCIONALISMO, doctrina de la  BAUHAUS, no es realmente fun­cional y que Le Corbusier, Frank Lloyd Wright y Mies Van Der Rohe, los "Padres de la Arquitectura Moderna", ya están muertos y pertenecen a la historia, surgen entre sus discí­pulos y alumnos los irreverentes, los antifuncionalistas, con una vitalidad y ganas de hacerlo todo

 

 al revés. "Nuestros padres ya están  enterrados, boca  abajo, y  con  ellos el funcionalismo, lo repiten en coro y con Philip Johnson a la cabeza, discípulo y contemporáneo de los padres fundadores y que hoy en día usa capa y está diseñando inmensos edificios neogóticos en los  Estados Unidos. Robert Ventura, un arquitecto norteamericano de ascendencia italiana un buen día decidió que la ciudad debería ser tal como es: con letreros, avisos, cables telefónicos, alambres eléctricos, suciedad, tachos de basura, tendales en las ventanas, delincuentes, prostitutas, casas viejas, derruidas, modernas, feas, lindas, graciosas, asquerosas y mil cosas mas. Sobre este principio se generó una corriente de diseño tipo collage en donde todo puede armonizar.

En forma paralela a las experiencias de Philip Johnson y Venturí muchos jóvenes arquitectos van investigando y proyectando más libremente, sin esa carga de respeto y reverencia a Ia arquitectura funcional que habían aprendido en las escuelas y universidades. Asimismo, la arquitectura se desacraliza un poco y se acerca más a las artes y al discurso de los semiólogos y semióticos, que andaban tras de una “lectura” de la arquitectura. Surgen posteriormente, como consecuencia, una multiplicidad da opciones y posturas ante la arquitectura, aún no precisables categóricamente y que genéricamente se han venido a denominar movimientos post-modernos. Esta actitud de rebel­día, más que tendencia estilística, con seguridad obedece después de una terapia de grupo de todos los post-modernos a una actitud contestataria de los hijos respecto a sus pa­dres.

En nuestro medio es cada vez mas frecuente encontrar esta  actitud traducida en una arquitectura sugerente creativa y nueva, que permite le participación de una diversidad de recursos y elementos formales que para el funcionalismo estaban vetados. La arquitectura presentada por los arquitectos Juvenal Baracco y Franco Vella en la Bienal de arquitectura decididamente integran elementos formales y concepciones del espacio que se circunscriben dentro del movimiento post-moderno de le arquitectura contemporánea.