A diez
años aproximadamente de haberse iniciado las Bienales de Arquitectura
organizadas por el Colegio de Arquitectos del Perú, la última de ella,
que acaba de concluir, mostró claramente las orientaciones que viene
tomando -en términos de tendencias y estilos - la arquitectura que se
construye, se instruye, se celebra y se padece hoy en día en el Perú.
Las
reglas sor simples: todos los arquitectos que desean participar
presentan una selección de sus trabajos de los últimos años de labor
ante jurados nominados por el C.A.P., los cuales seleccionan a los
proyectos ganadores en cada área (arquitectura, urbanismo,
investigación, restauración, etc.) y los proyectos que ameritan ser
expuestos en la Bienal. También se presentan en un área específica
los proyectos de los estudiantes de las distintas facultades de
arquitectura del país. Esta última Bienal, así como la anterior,
tuvieron como escenario las salas de exposiciones y auditorio de Petro
Perú, ya que durante la exposición de los proyectos se llevan a cabo
distintas conferencias sobre temas afines a la disciplina.
A
diferencia de una exposición de pintura, los arquitectos con sus
dibujos, planos y maquetas, prácticamente no dejan ninguna pared ni
panel sin ser cubiertos por gráficos y textos explicativos. Todo
queda absolutamente forrado de planos.
Un
discurso sobre las posibilidades de intervención de los arquitectos en
la Selva (para reconstruir El Dorado?) o cargo del Arq. Fernando
Belaunde Terry inauguró la V Bienal. A continuación se abrieron las
puertas de la gran sala y empezaron a desfilar ante las láminas
exhibidas, grupos nutridos de entusiastas que no mermaron hasta la
última hora, en un despliegue de interés al que estábamos poco
acostumbrados los viejos habitúes de las Bienales y de la arquitectura. |
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La
Bienal solo duró cinco días (del Lunes 21 al Viernes 25 de Noviembre)
el último de los cuales fue el día de la premiación, en el que
coincidieron el Arq. Eduardo Orrego Villacorta, alcalde de Lima y el
Dr. Alfonso Barrantes Lingán, nuevo alcalde, preocupados por lo suerte
de sus feudos.
Cinco
días observando dibujos a escalas 1/20, 1/50, 1/100, 1/200, 1/500,
1/1,000, 1/2,000, 1/200,000, cargados de técnica de formas, de
estéticas, de colores, de sueños también, y porqué no de gracia e
ironía. Cinco días de conversaciones, conferencias, charlas y una
actividad intensa de los estudiantes, profesores, arquitectos, y
sobre todo de los organizadores. Edificios, casas, bancos, escuelas,
gimnasios, hoteles, iglesias, hospitales, ciudades universitarias,
ciudades enteras, constituían el corpus de la exposición, ¿cómo
explicar ese conjunto de formas? ¿cómo dar una idea de las distintas
opciones constructivas y estéticas de los arquitectos peruanos? ¿hay
una búsqueda de una arquitectura peruana? ¿se está haciendo
arquitectura moderna tal como la propusieron sus creadores?, ¿cómo se
explica el panorama urbanístico de San Borja en el que se combinan
arcos, círculos, techos inclinados de tejas, puertas apolilladas y
rejas de hierro forjado con formas de aviones, radios y aparatos
eléctricos, produciendo un conjunto sumamente cargado y denso de
formas y colores? ¿estamos viviendo un período barroco en el peor
sentido? ¿cuál es la intención de los arquitectos respecto a las
ciudades?
Responder a estas preguntas, entre otras, requiere una evaluación
sistemática de lo presentado en la Bienal. Sin embargo, a manera de
avance, trazaremos algunas líneas de interpretación que seguramente
ayudarán a enfrentar una tarea de crítica en detalle a lo expuesto
recientemente por los arquitectos.
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