Primera Pregunta (sobre ironías y risas)

L.R.C. Arquitecto Velarde, ¿por qué le ha suscitado tanta ironía -para no decir tanta risa- la arquitectura peruana?

H.V.  Yo nunca me he burlado de la arquitectura peruana, sino al contrario mi "Arquitectura Peruana" no creo que sea risible.  Lo que me ha divertido mucho son los copiones y la quincha imitando piedra pero sin engañar a nadie. No podemos ser más sinceros.

Segunda Pregunta (sobre los techos a 2 aguas)

L.R.C.   Las clases medias en Lima        han crecido vertiginosamente, y con ellas han aparecido numerosas urbanizaciones con casitas con techos inclinados cu­biertos con tejas, con farolitos en el ingreso, azulejos, tallados en ma­dera, etc. ¿qué ha pasado arqui-tecto? ¿a dónde se fueron los arquitec­tos modernos?

H.V.  Con la edad estoy pensando como Ruskin quien llego a declarar que lo que más le gustaba en arquitectura era la ornamentación; hay que pensar que las tejitas en Lima es una garantía perenne y bonita de que no llueva nunca. Por otro lado, Perret decid que "la arquitec­tura no es una construcción que se decora sino un decoro que se cons­truye" ....Algo tan digno que se deberla suprimir la palabra "ornato". Los arquitectos modernos cada día lo son menos; no pueden detener lo que ya se está volviendo viejo gracias a las velocidades.

Tercera Pregunta (sobre Lima, La Horrible)

L.R.C. ¿Qué le sugiere el color con el que se ha pintado recien-temente la fa­chada de la Catedral de Lima? ¿De qué color la pintaría usted?

H.V. Faltan algunos años para que se orée el amarillo; la pintura mezclada con polvo de tiempo se pone seria.  Por 1850 las iglesias de Lima es­taban pintadas de arlequines.

Cuarta Pregunta (sobre su amor a Lima)

L.R.C. Arq. Velarde, han habido mu-chas Limas, queridas Limas que ya se fue­ron, ¿cuál es la que usted más amó?

H.V.  Yo no he conocido sino la Lima mártir desmondongada por el progreso. ¡Qué pena!

Quinta Pregunta (sobre la presión atmosférica)

L.R.C. Arquitecto Velarde, usted ha manifestado alguna vez que nuestra cultura y arquitectura padecen de un mal común: la falta de presión atmosféri­ca.  ¿Qué podemos hacer ante este mal, arquitecto?

H.V.  "La falta de presión atmosférica" es una manera de explicar porqué los caños están siempre goteando, los cajones entreabiertos y las puertas entorneadas...

Sexta Pregunta (sobre Barrocos y Rococós)

L.R.C. ¿Somos una cultura Arquitectónicamente barroca, medularmente barroca?

H.V. Creo que somos pre-histórica-mente barrocos, lo que ha coincidido con Borromini por medio de las sirenas guitarreras de Puno.