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La Plaza Mayor de Lima

 Por: Luis Rodríguez Cobos

 

ima La Horrible, al buen decir decir de Sebastián Salazar Bond Bondy,  y también La Tres Veces  Coronada Ciudad de los Virreyes, es decir, la fea y la hua-chafa,  aparece en el continente sudamericano como uno de los campamentos españoles a partir de los cuales se implementa la colonización de gran parte de Sudamérica, es decir, es el lugar desde el cual se controlará y coordinará la transferencia de las riquezas hacia España. Su estructura espacial inicial , de damero con Plaza Mayor, siempre respondió en los niveles econó-mico, político e ideológico a su función primigenia: ciudad-campa-mento (político militar) intermedia en la transferencia de riquezas1. La pregunta es: ¿cómo y en base a qué principios u “ordenanzas” de urbanización y diseño se estruc-turó espacialmente aquella Lima campamento?.

LA CREACIÓN DEL ESPACIO

La Plaza de Armas de Lima, fue la Plaza Mayor para los españoles, pues entre todas las plazas creadas fue la primera y más importante. El origen de las Plazas Mayores españolas y en general de las plazas mediterráneas se halla en el Ágora de los griegos: espacio rodeado de pórticos y de edificios públicos que era expresión de su sistema democrático de comunicación y participación del pueblo en el gobierno. Además de las ágoras existieron en Grecia las llamadas plazas de mercado, lugares de comercio y reunión, de donde se originó el término plaza (y de éste último el término carro-de-plaza). En Roma el ágora recibió el nombre de foro y en España el de Plaza Mayor. Ágora,  foro  y  plaza mayor, fueron en consecuencia espa-cios muy semejantes formalmente, con algunas variantes funcionales y artísticas pro-ducto de cada realidad y momento histórico.

   Pero más allá de España, Roma y Grecia, buscamos el hecho universal, veremos que todos los espacios que el hombre ha elegido como hábitat de su familia, grupo, tribu, clan o sociedad, siempre han pasado por un ritual de fundación. El hombre desde los albores de la civilización, cuando ha ocupado un espacio lo ha inaugurado realizando actividades específicas de carácter religioso, festivo o militar, en definitiva Actos Rituales (de fundación) que tiene como objetivo comunicar socialmente su pertenencia a dicho espacio y la ocupación del mismo.

     En forma paralela a estos variados y sofisticados rituales de fundación de espacios, (que pueden ser ciudades, casa, edificios, aldeas, villorrios, calles, carreteras, etc.), han pervivido en la mente humana diversas formas de concebir, explicar y comprender el espacio, formas que varían de cultura en cultura manteniendo algunos rasgos comunes. Una de estas formas de concebir el espacio, quizá la más genérica y que corresponde fundamentalmente a las sociedades denominadas pre-industriales, es la concepción Cósmica del espacio. Concepción que se funda en la determinación de un punto central no necesariamente centro geométrico, en un determinado terreno, alrededor del cual todo se ubica y es punto de referencia por excelencia. Las sociedades tribales, por ejemplo, fundan sus ciudades o asentamientos clavando su tótem o colocando su dios más importante en un lugar preciso  y minuciosamente escogido, para luego, una vez definido este Centro , ubicar sus viviendas y además locales, es decir, ordenar el Cosmos según principios claramente pre-establecidos. La concepción cós-mica del espacio implica, en resumen la existencia de dos espacios o zonas básicas: la zona-centro, definida geo-métricamente por un punto, y la zona-cosmos, limitada geométricamente a través de un perímetro o frontera.

    Más allá de la zona-cosmos, será la tierra de nadie, desconocida; será también el vacío, la nada, y será te-mida por ello, como ocurriría en el medioevo: en aquella época la línea de horizonte del mar marcaba el fin de la tierra, más allá estaba el mar de las tinieblas, el vacío, que producía mie-do (horror-vacui). Actualmente, más allá de nuestro sistema solar conoce-mos muy poco y quizás aquél sea el límite de la concepción y comprensión del espacio para el hombre contemporáneo.

 

EL CENTRO DE LIMA Y SU COSMOS

La línea que pasa por el eje vertical de la pileta de la Plaza de Armas de Lima en su intersección con el plano formado por la Plaza misma, determina un punto que él es el centro de Lima por excelencia. De ese punto preciso parten las todas las actuales medidas del territorio: es el Centro Geodésico Nacional, no obstante, históricamente –más allá de las ordenanzas de la corona para la creación de las ciudades en sus colonias- es importante precisar que Don Francisco Pizarro fue el que determinó el lugar de ubicación del punto en cuestión, pues el día que funda Lima, el 18 de Enero de 1535, lo  hace clavando su pico en el lugar abierto más importante y a la vez centro de lo que ese entonces era un complejo religioso pre-hispánico ya existente en el valle del Rimac2 Pizarro no se fue a algún descampado de Lurín ni a una playa de Barranco para fundar Lima.