Un Arquitecto y una Obra

El Edificio Ferrand Hnos.

del Arqto. Fernando Belaúnde

POR: LUIS RODRÍGUEZ COBOS

 

uando comenzaron a erigirse en   en Lima las primeras edifica­cion ciones de arquitectura moder - na, en las décadas del 40 y 50, estos volúmenes pioneros y solitarios fueron vistos en aquel entonces con cierta extrañeza, frialdad, recelo y hasta malestar por los limeños acostum­brados a pasear tranquila y cómoda­mente entre balcones tallados, portales, arquerías y bancas republicanas.

Hacía su debut el estilo moderno, en un escenario dominado por una arquitectura que evocaba lo colonial, que auténticamente lo era, o que imitaba estilos históricos diversos de arquitectura europea. Y como recién aparecía, lo hizo en forma inocente, sin mayores pecados ni delitos formales como ocurre hoy en día. Se presentó joven aún y por supuesto tímido, no sin razón, pues tenía en frente y a los costados acompañantes cargados. para no decir pertrechados, de ornamentos barrocos, rococós, neoclásicos y otros, interpretados en quincha, yeso y piedra.

El joven estilo moderno, con sus volúmenes limpios, ventanas cuadradas sin molduras, puertas sin portadas, fue rápidamente bautizado sin pudor ni compasión con muchos nombres. Lo llamaron estilo almacén, estilo cajón, estilo desnudo, estilo cubo, entre otros. El moderno aprendió, por tanto, desde un principio, que se encontraba en un medio difícil y comprobaría más adelante que no sólo le era hostil sino también cruel y sanguinario. No obstante, se presentó y trató de sobrevivir, adaptándose adulterándose sin querer, mimetizándose y hasta escondiéndose. Y aún hoy a más de cuarenta  años  de  la  pequeña.

historia gráfica que contaremos, trata de habitar entre nosotros, es decir, en el reino del tacu-tacu, Trampolín a la Fama, el estilo Giácomo Cánepa, los techos a dos aguas cubiertos con tejas, los muranos, azulejos y ruedas de carroza que nunca existieron. Pregunta: ¿es posible la convivencia del ceviche mixto como potaje nacio­nal con la arquitectura moderna? ¿son tal para cual? En el reino del tacu-tacu montado ¿es la arquitectura moderna un contrasentido? Y los innumerables intentos de conciliar ceviche mixto, tejas a dos aguas y arquitectura moderna, ¿no son acaso una horrenda hibridación contranatura que denominamos estilo "Colonial­Moderno" y que produce pánico y dislexia visual crónica? Es mejor ser modestos y decir que arquitectura moderna y ceviche mixto no se llevan muy bien y nada más, sin profundizar en el por qué pues corremos el peligro de arribar a Macondo, a la misma casa de Aureliano Buendía, quien nos preguntará con un látigo en la mano sobre   el   por  qué de  esa  estúpida

preocupación por querer hacer cubos blancos con ventanas cuadradas si todos viven felices con sus techos cubiertos con tejas y sus puertas antiguas apolilladas.

He aquí el dilema que les entregamos. Mientras tanto, contaremos la pequeña historia gráfica de arquitectura­ suspenso ocurrida en Lima. Hace varios años.

Acto Uno (Dibujo I y Foto I)

El Arqto. Fernando Belaúnde Terry, con registro profesional del Colegio de Arquitectos del Perú Nº 131, diseña, cuando corrían los años 40, un edificio para albergar un almacén de exhibición-venta de automóviles y las oficinas administrativas de la firma Ferrand Hermanos S.A. El terreno estaba ubicado en la Av. Wilson, hoy Inca Garcilazo de la Vega, a una cuadra de la Colmena.

 

Edificio para un almacén de automóviles y oficinas (Ferrand Hnos. S.A.) Proyecto: Arqto. Fernando Belaúnde Terry. Ubicación: Ex Av. Wilson, actualmente Av. Inca Garcilazo de La Vega.

 

 

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